Esta habitación tiene su origen en una investigación sobre la luz natural en arquitectura. Se trata de un segundo prototipo de madera, bajo la premisa de construir el espacio con luz.

Una serie de vaciados iluminan un espacio radicalmente interior, construyendo un paisaje orientado en relación a las variaciones y ciclos estacionales de la luz solar. Un recorrido perimetral permitiría diversos usos, oscilando entre una sala de exposiciones, un taller, una pequeña aula para el silencio.
Como un homenaje a la obra de Chillida, el proyecto se concibe como un vaciado de madera y luz, con un resultante exterior aleatorio, sin una imagen formal predeterminada. Una serie de vaciados iluminan un espacio radicalmente interior, construyendo un paisaje orientado en relación con las variaciones y ciclos estacionales de la luz solar. Un recorrido perimetral permitiría diversos usos, oscilando entre una sala de exposiciones, un taller, una pequeña aula silenciosa. La dimensión temporal del espacio “hace bello el tiempo, asume una fisonomía y deja de estar vacío.”