El espacio pasa al interior de la piedra,
es el vacío que hay en el corazón de la piedra.
espacio positivo – espacio negativo
espacio limitado – espacio inmenso
espacio pesado – espacio liviano
Incidiendo en el espacio con la materia.
Incidiendo en la materia con el espacio.
El límite es el verdadero protagonista del espacio,
como el presente, otro límite,
es el verdadero protagonista del tiempo.
Eduardo Chillida, Escritos
El proyecto propone una interpretación tipológica de una plaza interior adecuada al clima local. Se trataría de un espacio que permita el disfrute de la vida universitaria en toda época del año, una plaza cálida en invierno, abierta al exterior en primavera, y fresca en verano, una hibridación entre una pequeña plaza y una galería, reformuladas de forma vertical, con una arquitectura que construye en su interior espacios de uso público. Se propone redistribuir su superficie de forma tridimensional, modelando la luz solar por sustracción, permitiendo diferentes ambientes que permiten construir un interior concebido como exterior.
Como operación formal, se realizan vaciados a un volumen compacto, siguiendo la ruta abierta por el escultor Eduardo Chillida en sus homenajes a San Juan de la Cruz, oscilando entre una escala domestica y monumental, hacia un nuevo espacio representativo para la universidad.
El nivel subterráneo junto con el primer nivel, constituyen un zócalo que dan cabida al programa más público del edificio. Adecuándose a la topografía, permitiendo la extensión de talleres hacia el exterior, el nivel subterráneo se abre al norte hacia un “patio inglés”, un pequeño foro abierto para actividades informales, una nueva forma de ascender a la universidad. El primer nivel, con su planta en cruz, permite la posibilidad de cruzar el edificio deslizándose hacia la ladera del terreno. Su hall, busca ser un lugar de encuentro que permita diferentes usos, desde el café cotidiano, lugares de trabajo para estudiantes, sala de exposiciones, lanzamientos de libros, etc.
Posado sobre el zócalo del edificio, del segundo al quinto piso, se distribuye el programa de oficinas, concebidas como espacios abiertos compartidos que fomentan la comunicación, acompañados con pequeñas áreas de distensión interiores y exteriores.
Como estrategia bioclimática se propone un microclima interior, un edificio compacto con una piel continua que evite las pérdidas o ganancias térmicas excesivas. Con este fin, la cáscara exterior de hormigón, será revestida por el interior con un tabique de aislación, revestido en madera.
Se propone proteger a las oficinas y salas del molesto sol directo, abriéndose al espacio interior iluminado por un gran abertura de siete por siete metros al norte, junto a una generosa abertura vertical, un espacio-lucarna, también de siete por siete metros, de luz indirecta cenital. En los pisos tercero, cuarto y quinto, se complementa la iluminación con algunas aberturas, verticales al oriente, y horizontales al poniente que aumenta la luminosidad de las salas. En invierno, el hall vertical interior, funcionaría como espacio invernadero que colabora de forma pasiva con al calefacción del edificio. Del mismo modo, el edificio permite ventilaciones cruzadas verticales desde el oriente, norte y poniente, hacia la claraboya central vertical, permitiendo de forma pasiva disminuir la temperatura en los días de calor.
Como operación formal, se realizan vaciados a un volumen compacto, siguiendo la ruta abierta por el escultor Eduardo Chillida en sus homenajes a San Juan de la Cruz, oscilando entre una escala domestica y monumental, hacia un nuevo espacio representativo para la universidad.
El nivel subterráneo junto con el primer nivel, constituyen un zócalo que dan cabida al programa más público del edificio. Adecuándose a la topografía, permitiendo la extensión de talleres hacia el exterior, el nivel subterráneo se abre al norte hacia un “patio inglés”, un pequeño foro abierto para actividades informales, una nueva forma de ascender a la universidad. El primer nivel, con su planta en cruz, permite la posibilidad de cruzar el edificio deslizándose hacia la ladera del terreno. Su hall, busca ser un lugar de encuentro que permita diferentes usos, desde el café cotidiano, lugares de trabajo para estudiantes, sala de exposiciones, lanzamientos de libros, etc.
Posado sobre el zócalo del edificio, del segundo al quinto piso, se distribuye el programa de oficinas, concebidas como espacios abiertos compartidos que fomentan la comunicación, acompañados con pequeñas áreas de distensión interiores y exteriores.
Como estrategia bioclimática se propone un microclima interior, un edificio compacto con una piel continua que evite las pérdidas o ganancias térmicas excesivas. Con este fin, la cáscara exterior de hormigón, será revestida por el interior con un tabique de aislación, revestido en madera.
Se propone proteger a las oficinas y salas del molesto sol directo, abriéndose al espacio interior iluminado por un gran abertura de siete por siete metros al norte, junto a una generosa abertura vertical, un espacio-lucarna, también de siete por siete metros, de luz indirecta cenital. En los pisos tercero, cuarto y quinto, se complementa la iluminación con algunas aberturas, verticales al oriente, y horizontales al poniente que aumenta la luminosidad de las salas. En invierno, el hall vertical interior, funcionaría como espacio invernadero que colabora de forma pasiva con al calefacción del edificio. Del mismo modo, el edificio permite ventilaciones cruzadas verticales desde el oriente, norte y poniente, hacia la claraboya central vertical, permitiendo de forma pasiva disminuir la temperatura en los días de calor.
edificio de servicios estudiantiles, Universidad Católica de Concepción
concurso privado por invitación, 2.300 m2
cliente: Universidad Católica de Concepción
arquitecto: Rubén Muñoz
equipo de proyecto: Matías Muñoz Fernández, Nayareth Molina Medina, Matías Ramírez Bravo, Neftalí Rojas Asencio.
render: Víctor Cárcamo; ilustraciones: Matías Muñoz Fernández
sistema constructivo: hormigón armado
terminaciones: hormigón armado, madera
concurso privado por invitación, 2.300 m2
cliente: Universidad Católica de Concepción
arquitecto: Rubén Muñoz
equipo de proyecto: Matías Muñoz Fernández, Nayareth Molina Medina, Matías Ramírez Bravo, Neftalí Rojas Asencio.
render: Víctor Cárcamo; ilustraciones: Matías Muñoz Fernández
sistema constructivo: hormigón armado
terminaciones: hormigón armado, madera